jueves, 19 de abril de 2012

El contraataque del Caballero Oscuro

Posteo la reseña que escribí para el concurso que organizó la web Zona Negativa y cuyo premio era el recientemente publicado Grandes Autores de Batman: Frank Miller Box Set. Las bases eran sencillas: escribir una reseña sobre cualquier título editado hasta el momento por la editorial ECC, incluídas las obras contenidas en la mencionada caja dedicada al autor de Ronin. En mi caso, decidí hacerla sobre el polémico y últimamente muy reivindicado El contraataque del Caballero Oscuro, más conocido como DK2, auque en esta ocasión no he tenido suerte.
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El coontraataque del Caballero Oscuro, por Frank Miller y Lynn Varley

En las primeras páginas del Libro Uno de Batman: el contraataque del Caballero Oscuro encontramos la imagen más poderosa de toda la obra: durante un discurso en directo, el presidente de los Estados Unidos, de repente, se pixela. No se trata de un fallo de la retransmisión, como se encarga de aclarar la presentadora de News in the Nude, sino que la propia persona, delante de los ojos de los espectadores, se ha deformado en un cúmulo de bits. Como se encarga de denunciar James Olsen en la página siguiente, la personalidad más importante del mundo es un programa informático.

Esta idea marca las diferencias entre el previo El regreso del Caballero Oscuro y esta su tardía continuación. Si en aquella mítica obra Frank Miller deconstruía la figura del superhéroe, partiendo de su debilidad humana, para profundizar en la esencia mítica del arquetipo, aquí el guionista de Año uno se dedica a elaborar un escenario apocalíptico, cuya base está tomada de la actualidad política e ideológica en la que nace el cómic, en el que Batman surge como un elemento externo. Meses antes de los atentados del 11 de septiembre, Batman y su ayudante Carrie (antigua Robin, convertida ahora en Cat-Girl) estrellan el Batmóvil en la torre de oficinas de Lex Luthor: de héroe mítico, el hombre murciélago toma la forma de un agente subversivo dispuesto a devolver el Orden a base de fuego y furia. “Aterrorizar. Lo mejor de este trabajo”, dice un satisfecho Batman. Este es el motivo por el cual el protagonismo de la acción cae en los hombros de Superman. En Batman: el contraataque del Caballero Oscuro Batman no es tanto la figura principal de la acción como un símbolo dinamizador en las sombras.

Pero el estilo caricaturesco y tendente a la abstracción del que hace gala el dibujo de Miller, unido a los explosivos colores de Varley, transforma el escenario de Batman: el contraataque del Caballero Oscuro en la metáfora de un universo en decadencia: el del cómic de superhéroes. Autoerigido en contestatario enfant terrible, Frank Miller desarrolla una histérica parodia del género: el trazo feísta, el balance entre lo espectacular y lo ridículo, la reducción de los iconos más representativos del universo DC a un cúmulo de clichés degradantes y los incomprensibles giros argumentales hacen de Batman: el contraataque del Caballero Oscuro una obra tan mediocre como irresistiblemente divertida en su apuesta por el delirio gamberro. En suma, todo un corte de mangas a todos aquellos que, durante años, suspiraban por una continuación de El regreso del Caballero Oscuro (empezando por la propia DC Comics). Lástima que a la luz de los resultados de los posteriores trabajos de su autor (incluyendo la demencial adaptación cinematográfica The Spirit) El regreso del Caballero Oscuro ya no se nos aparezca como un delirante escupitajo de bilis, sino como la constatación químicamente pura de la decadencia de una personalidad otrora imprescindible.

6 comentarios:

Stranno dijo...

"Meses antes de los atentados del 11 de septiembre, Batman y su ayudante Carrie (antigua Robin, convertida ahora en Cat-Girl)"

¿¡Qué me he perdido!? ¿Robin no era el delgaducho este del traje rojo y capa amarilla?

Iñaki dijo...

He de reconocer que me encanta esta obra. Me gustó en su momento y leída más tarde sin prejuicios ni expectativas supone un delirante ejercicio de despiece de los lugares comunes del tebeo superheroico a base de exceso y cinismo.

Comparativamente el trazo de Miller asi lo atestigua en relación a su mítica predecesora, pero sobre todo (es evidente) en sus descacharrantes ideas y giros de guión.

Siempre me pareció un trabajo incomprendido y una sana, desprejuiciada forma de abordar una secuela de proporciones épicas a las que era imposible alcanzar en hechura, optando por el camino inesperado de la parodia velada.

Saludos en paralelo.

José M. García dijo...

Hola, Stranno.
Batman ha tenido varios ayudantes a lo largo de su carrera, incluyendo en la reciente y extraordinaria etapa de Grant Morrison a su hijo, Damian.

En el caso que nos ocupa, "El regreso del Caballero Oscuro", publicada en 1987, era una miniserie de 4 prestigios (convertida hoy en unitaria novela gráfica) y suponía un "elseworld", es decir, que era un trabajo especial que no estaba integrado en la continuidad y, por tanto, daba más libertad a los autores. Bien, es éste, Miller nos proponía un vistazo al futuro con un Bruce Wayne sexagenario que había colgado la capa hace años. Su último compañero había sido Jason Todd que había sido asesinado por el Joker.

Ante el clima apocalíptico de barbarie en que está sumida Gotham, Bruce decide volver a luchar contra el crimen como Batman, al principio en solitario. Sus acciones serán la inspiración de una joven adolescente llamada Carrie que se convertirá en su nuevo Robin. Posteriormente, en "DK2" aparecerá desde el principio como Car-Girl.

La idea de que Robin sea una chica joven no es de Miller, sino de John Byrne. Y la definición del personaje, incluído sus diálogos, son obra de la colorista Lynn Varley. Es una idea que me encanta y creo que sería la solución perfecta de cara a volver a incluir el personaje de Robin en las recientes producciones cinematográficas.

Te recomiendo encarecidamente la lectura de "El regreso del Caballero Oscuro" pues es considerada la mejor aventura de Batman que se ha hecho y hay motivos fundados para que así sea.

Hola Iñaki.
La lectura de "DK2" si da pie a esa teoría de que Miller se está choteando de los tópicos actuales del comic de superhéroes, deconstruyéndolos de manera delirante. Pero el resto de sus obras posteriores o de la época (ya sea los últimos volúmenes de "Sin City", la inenarrable "The Spirit" o la vergonzosa "All Star Batman y Robin" -y, parece ser, porque no la he leído, la reciente "Holy Terror"-) demuestran que no es así, y que, en realidad, es la postura actual de un Frank Miller que pasa de todo y que sólo está interesado en mantener una postura de enfant terrible: la experimentación narrativa ha sido sustituida por la provocación hueca.

Admito que "DK2" me resulta divertida por su tendencia al absurdo, pero su defensa como una gran obra o, incluso, una obra maestra me resulta incomprensible. No hace falta compararla con su ilustre precedente para comprobar que "DK2" es un mal comic.

Un saludo a todos.

Fer1980 dijo...

Muy atrevido como poco me parece afirmar que DK2 es un mal cómic, ya hemos hablado mucho sobre el tema y no creo que merezca la pena darle más vueltas, pero calificar de mal cómic DK2..., bueno digamos que siendo suave no me parece justo.

olahf dijo...

Pena del premio, la reseña estaba bien, a ver si hay mas suerte en el próximo, el comic no tengo el placer de haberlo leido.

Txema SG dijo...

Yo me lo pasé bien, si conseguía leer sin fijarme en los dibujos creo que la historia merecía mucho la pena.